Es el homenaje al grupo Andilana, el primero de todos los restaurantes que abrió sus puertas en 1992 y que empezó a escribir el primer capítulo de este gran libro. Un lugar donde disfrutar de las tradiciones y de la auténtica Barcelona, pero, sobre todo, un lugar del que no te puedes ir sin probar los arroces, los de verdad.
El restaurante cuenta con un comedor de grandes dimensiones decorado con gusto y enfocado para un público más joven. Siempre presentando una relación entre calidad y precio bastante acertada.
La Fonda dedica sus platos a la cocina catalana aunque entremezclándola con cocinas de otras zonas y países.
Este restaurante ubicado en el corazón de Barcelona presume de servicio rápido y eficaz que muy pocos se atreven a subestimar.